viernes, 20 de mayo de 2011

Restriccion a las importaciones: Ya comienza a notarse la falta de ciertos artículos tecnológicos

Como anticipáramos en una entrada anterior, la medida gubernamental que impuso restricciones a la importación de numerosos artículos, entre ellos ciertos aparatos tecnológicos como los smartphones iPhone y BlackBerry, está comenzando a notarse a nivel de las operadoras del servicio de telefonía celular como Personal y Movistar. De acuerdo a fuentes consultadas por el sitio iProfesional, hasta que las empresas Apple y RIM no anuncien el establecimiento de ensambladoras en Tierra del Fuego, la política del gobierno no cambiará respecto de la entrada de dichos productos. Cabe recordar que la normativa establece, en líneas generales, que quien importa productos debe exportar por el mismo monto, en función de mantener equilibrada la balanza comercial. 

Entendemos que no hay misterios en lo que acontece. Las políticas públicas que lleva adelante un país deben estar coordinadas, de modo tal que se logren resultados que no se contrapongan. Ante una política económica que alienta el consumo interno manteniendo artificialmente bajo el nivel de cotización del dólar (lo cual es una cuasi convertibilidad de 4 a 1) no se le puede oponer una política aduanera que restrinja el ingreso de artículos destinados, precisamente, a la clase social beneficiada por el boom del consumo. En algún momento colisionarán, y las consecuencias se harán sentir. Porque no solamente es respecto de artículos tecnológicos ya que también se ve afectada la entrada de vehículos (autos y motos) de alta gama; así como con repuestos para la industria automotor. Es así que el robo de cubiertas de autos aumentó un 31% durante enero de este año.

A fuerza de ser repetitivos, las medidas restrictivas de esta naturaleza conllevan a la aparición de resultados claramente indeseados. Mercado negro, contrabando, aumento del número de delitos relacionados con los elementos faltantes, son algunos ejemplos de que el país no puede repetir políticas que, ya en el pasado mostraron claramente resultados nefastos para el desarrollo del mismo. No podemos cerrar las puertas a la tecnología. Corremos el riesgo, una vez mas, de quedar rezagados en una carrera en donde el tiempo perdido no se recupera más.

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