sábado, 5 de marzo de 2011

¿No puede pensar? ¡Echele la culpa al celular!

Si bien el título podría remitirnos al teléfono celular como un medio de distracción de nuestras tareas diarias, en realidad nos estamos refiriendo a un nuevo estudio, uno mas, sobre los posibles efectos dañosos que los aparatos móviles podrían tener sobre el cerebro humano. Específicamente, el estudio, desarrollado en el año 2009 en un laboratorio estadounidense, buscó evaluar el efecto de las ondas electromagnéticas sobre el metabolismo de la glucosa, base para la actividad cerebral. A cada uno de los 47 participantes se los proveyó de un celular mientras se les efectuaba dos tomografías computadas PET. En la primera de ellas el aparato estaba apagado, mientras que en la segunda estaba prendido recibiendo una llamada pregrabada. El estudio demostró que no había grandes diferencias a nivel metabólico entre ambas pasadas, pero si aumentaba la actividad cerebral con el teléfono encendido, en particular la parte mas cercana a la antena del mismo (no sabemos que marca/modelo fue utilizado).

Si bien ya en el pasado quedó prácticamente demostrado que las ondas electromagnéticas emitidas por los celulares no son capaces de causar cáncer (porque son muy débiles para provocar alteraciones a nivel celular) este nuevo estudio abre una nueva serie de interrogantes. Uno de ellos resume si la acumulación de glucosa podría llevar a la generación de las moléculas llamadas radicales libres, las que en exceso causan daños a las células sanas. El otro consiste en preguntarse si la constante actividad cerebral forzada por la actividad electromagnética puede llevar a una inflamación del cerebro (Nota al pie: para los mas grandecitos, ¿recuerdan el se me hirve la cabeza del Palmiro Caballasca de Señorita Maestra cuando tenía que pensar? Parece que no estaba tan alejado de la realidad) la cual, a su vez, está relacionada con ciertas enfermedades y dolencias, entre ellas el cáncer.

Ya desde los tiempos en que el celular dejaba de ser una opción para pocos para convertirse en un elemento de masas, se viene hablando de sus efectos nocivos. Es mas, otras cuestiones también tuvieron cabida acerca de su uso, por ejemplo no contestar llamadas en ambientes donde se manipulen inflamables (por ejemplo estaciones de servicio). En nuestra opinión, no ha pasado el tiempo suficiente para que se puedan establecer con exactitud cuales son los verdaderos efectos (si los tienen) que los teléfonos celulares pueden tener sobre nuestra salud. En una leve comparación, los terribles efectos nocivos del tabaco fueron comprobados científicamente decenas de años después de que se masificara su uso. Enhorabuena entonces este tipo de estudios. De todas maneras, creemos que, mas allá de lo que eventualmente en el futuro se pueda descubrir, el celular seguirá siendo parte insustituible de nuestras vidas. Ya sea un smartphone o un simple teléfono de baja gama, hoy es casi impensable no tener un aparatito que nos acompañe a diario. Por supuesto, como con todo en la vida, siempre haciendo uso del mismo de manera responsable y sin excesos.

Fuentes: http://well.blogs.nytimes.com/2011/02/22/cellphone-use-tied-to-changes-in-brain-activity/
              http://jama.ama-assn.org/content/305/8/828.extract


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